La tiradora olímpica Fátima Gálvez afirma haber sido víctima de machismo en un torneo en Málaga

La cordobesa no pudo participar este fin de semana en la final de la categoría General del Grand Prix Internacional Costa del Sol

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La tiradora olímpica Fátima Gálvez, campeona del mundo y cuarta en los Juegos de Río 2016, ha denunciado este lunes haber sufrido discriminación por ser mujer en el Grand Prix Costa del Sol, celebrado el pasado fin de semana en el Club de Tiro Jarapalo, en Málaga. La cordobesa no pudo participar en la final del torneo en categoría General a pesar de haber sido la segunda competidora que más platos había roto hasta ese momento.

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Las versiones son dispares. Gálvez, de 31 años, afirma que en este tipo de torneos que no están bajo el amparo de ninguna federación es usual que, si una mujer consigue la puntuación necesaria, se la permita disputar la final con los hombres tras abonar la diferencia entre la inscripción de los hombres y mujeres, que pagan menos. En este caso, dado que la inscripción masculina estaba estipulada en 90 euros y la femenina en 60, la cantidad a abonar hubiese sido 30 euros.

La tiradora cuenta que la obligaron a inscribirse en la categoría de Damas y luego le negaron la posibilidad de aspirar a los 600 euros del premio de la categoría General (por los 150 de la final femenina) debido a la reclamación de dos competidores, de los cuales, según la versión de Gálvez, uno “se negaba a competir contra una mujer”. Sintiéndose agraviada, decidió retirarse. “El tiro no es machista, es la primera vez que me pasa. Muchos compañeros estaban tan indignados como yo. Espero que esta sea la última”, ha dicho la cordobesa.

Manuel Bustos, presidente del club, y José Antonio Marín, jurado de apelación y director de la revista Solo Tiro, niegan esta versión, especialmente lo referido a las supuestas presiones ejercidas por otros dos competidores. En primer lugar, ambos afirman que Gálvez podría haberse inscrito como Senior, lo que le hubiese dado acceso a la final masculina. A esto añaden que, tras una reunión inicial, los árbitros del torneo, de categoría internacional, decidieron que este se rigiese por las normas de la ISSF, que especifica que hombres y mujeres han de competir por separado. “Es muy fácil sacar la bandera del machismo y el feminismo para hacer ruido. De verdad que aprecio a Fátima por lo gran tiradora que es, e intenté hacerla ver que así son las reglas. Lo que ha sucedido no ha sido bueno para nadie”, concluye Marín, que intentó mediar entre el jurado del torneo y la tiradora.